martes, 20 de noviembre de 2012

Mujer: Teoría King Kong


Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las histéricas, las taradas, todas las exlcuídas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Viginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro. 

Me parece formidable que haya también mujeres a las que les guste seducir, y otras que sepan casarse, que haya muejeres que huelan a sexo y otras a la merienda de los niños que salen del colegio. Formidable que las haya muy dulces, otras contentas con su feminidad, que las haya jóvenes, muy guapas, otras coquetas y radienates. Francamente, me alegro por todas a las que LES CONVIENEN LAS COSAS TAL COMO SON. Lo dífo son las menor ironía. Simplemente, yo no formo parte de ellas. 

Yo hablo como proletaria de la feminidad: desde aquí hablé hasta ahora y desde aquí vuelvo a empezar hoy. Cuando estaba en el paro no sentía vergüenza alguna de ser una paria, sólo rabi. Siento lo mismo como mujer: no siento ninguna vergüenza de no ser una tía buena. Sin embargo, como chica por la que los hombre se itneresan poco estoy rabiosa, mientras todos me explican que nisiquiera debería estar ahí. Pero SIEMPRE HEMOS EXISTIDO. AUNQUE NUNCA SE HABLA DE NOSOTRAS en las novelas de hombres, qué solo imaginan mujeres con las que querrían acostarse. Siempre hemos existido pero nunca hemos hablado. Incluso hoy que las muejeres publican muchas novelas raramente encontramos personajes femeninos cuyo aspecto físico sea desagradable o mediocre, incapaces de amar a los hombres o de ser amadas. Por el contrario, a las heroínas de la literatura contemporánea les gustan los hombres, los encuentran fácilmente, se acuestan con ellos en dos capítulos, se corren en cuatro líneas y a todas les gusta el sexo. 

La figura de la pringada de la feminidad me resulta más que simpática: es escencial. Del mismo modo que la figura del perdedor social, económico y político. Prefiero los que no consiguen lo que quieren, por la buena y simple razón de que yo misma tampoco lo logro. Y porque en general, el humos y la invención estan de neustro lado. Cuando no se tiene lo que hay que tener para chulearse, se es a menudo más creativo. Yo , como soy chica soy más bien King Kong que Kate Moss. Yo soy ese tipo de mujer con las que no casan, con las que no tienen hijos, hablo de mi lugar como muejre siemroe exesiva, demasiado agrasica, emasiado ruidosa, demasiado gorda, demadiado brutal, demasiado hirsita, demasiado viril.

Así que escribo aquí como MUJER INCAPAZ DE LLAMAR LA ATENCIÓN MASCULINA, de satisfacer el deseo masculino y de contentarme con un lugar en la sombra. Escribo desde aquí como mujer poco seductora pero ambisiosa, atraída por el dinero que gano yo misma, atraída por el poder de hacer y de rechazar, atraída por la ciudad más que por el interior, siempre exítada por la experiencias e incapaz de contentarme con la narración que otros me harán de ellas....escribo desde  aquí desde las invendibles, las torcidas, las que llevan la cabeza rapada, las que no saben vestirse, las que tienen miedo a oler mal, las que tienen los dientes podridos, esas a los que los hombres no hacen regalos, esas que follarían con cualquiera, las más zorras, las putitas, las que querrían sen hombres, las que sueñan, las que tienen el vello duro, las que no se depilan, las mujeres brutales, ruidosas, las que rompen todo cuando pasan, las que nos les gustán las perfumerías, las que llevan los labios demasiado rojos, las que están demasiado más hechas como para poder vestirse como perritas calentonas, pero que mueren de ganas, las que quieren vestirse como hombres y llevar barba, las que quieren enseñarlo todo, las que son púdicas porque están acomplejada, las que no saben decir que no, las que dan miedo, las que dan pena, las que no dan ganas, las que tienen la piel flácida y la cara llena de arrugas, las que sueñan con un lifting, una liposucción, un cambio de naríz pero no tienen dinero, las que están desgastadas, las que no tienen nadie que las proteja excepto ellas mismas, las que no saben proteger y sus hijos les dan igual, esas que les gusta beber en los bares hasta caer en el suelo, las que no saben guardar las apariencias; pero TAMBIÉN ESCRIBO DESDE LOS HOMBRES que no tienen ganas de proteger, para los que querrían hacerlo pero no saben como, los que no saben pelearse, los que lloran con facilidad, los que no son ambiciosos ni competititivos, los que no la tienen grande, ni son agresivos, los que tienen miedo, los que son tímidos, vulnerables, los que prefieren ocpuarse de la casa que ir a trabajar, los que son delicados, calvos, demasiado probes como para gustar, los queno quieren que nadie cuente con ellos, los que tienen miedo en la noche cuando están solos. 

Porque el ideal de mujer blanca, seductora pero no puta, bien casada pero no a la sombra, que trabaja pero sin demaisado éxito para no aplastar a su hombre, delgada pero no obsesionada con la alimentación, que parece definidamente joven pero sin dejarse desfigurar por la cirugía estétitca, madre realizada pero no desbordada por los pañales y por las tareas del colegio, buen ama de casa pero no sirvienta, cultivada pero menos que un hombre, esta mujer blanca feliz que nos ponen delante de los ojos, esa a la que deberíamos hacer el esfuerzo por parecernos, a parte del hecho de que parece rompreser el crisma por poca cosa, nunca me la he encontrado en ninguna parte. Es posible incluso que no exista. 

Virginie Despentes. (2007) Teroría de King Kong: Tenientas Corruputas. Melusina.

No hay comentarios:

Publicar un comentario